ENRIQUE DUSSEL
Enrique Dussel, es un filósofo de origen argentino, naturalizado mexicano, que nació en Mendoza, Argentina, el 24 de diciembre de 1934, radica desde 1975 en exilio en México. Esposo de Johanna, padre de Enrique S. y de Susanne Chr.
Enrique Dussel, es reconocido internacionalmente por su trabajo en el campo de la Ética, la Filosofía Política y la Filosofía latinoamericana, y en particular por ser uno de los fundadores de la Filosofía de la Liberación, corriente de pensamiento de la que es arquitecto. Ha mantenido diálogo con filósofos como Karl-Otto Apel, Gianni Vattimo, Jürgen Habermas, Richard Rorty, Emmanuel Lévinas. Su vasto conocimiento en Filosofía, Política, Historia y Religión, plasmado en más de 50 libros y más de 400 artículos -muchos de ellos traducidos en más de seis idiomas-, lo convierte en uno de los más prestigiados pensadores filosóficos del siglo XX, que ha contribuido en la construcción de una filosofía comprometida. Ha sido crítico de la modernidad apelando a un "nuevo" momento denominado transmodernidad.
Licenciado en Filosofía (Mendoza, Argentina, 1957), Doctor en Filosofía (Complutense, Madrid, 1959), Licenciado en Ciencias de la Religión (Inst. Católico, París, 1965), Doctor en Historia (La Sorbonne París, 1967), Doctor Honoris Causa (Freiburg, Suiza, 1981) y en la Universidad Mayor de San Andrés (La Paz, Bolivia, 1995).
Profesor de Ética y Filosofía Política en el Colegio de Filosofía de la FFyL de la Universidad Nacional Autónoma de México (definitivo en Ética, con una antigüedad académica que inicia en 1976) y en la Universidad Autónoma Metropolitana., México). Entre sus responsabilidades científicas destacan: miembro investigador del Instituto de Historia Europea (Maguncia, Alemania, 1962-1965); miembro de la Asociación Filosófica Mexicana (1975-); miembro de Gesellschaft für Interkulturelle Philosophie (Köln, Alemania, 1994-); miembro del Consejo Editorial de la revista African Philosophy (Lewisburg, PA, USA, 1997-); presidente de la Asociación de Filosofía y Liberación (miembro de la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía, FISP); Investigador Nacional Nivel III, del Sistema Nacional de Investigadores (SNI, México, 2004-2014).
Profesor invitado distinguido en: Universität Freiburg (Suiza, 1981); Visiting Professor John O'Brien de la Notre Dame University (Indiana, USA, 1986); Distinguish Visiting Professor de la California State University of California, (Los Angeles, USA, 1987); Johann Wolfgang Goethe Universität Frankfurt, (Alemania, 1992); Visiting Professor at the Loyola University (Chicago, USA, 1994); Robert Kennedy Visiting Professor (Harvard University, 2000); entre otras. Fue invitado como Keynote Speakers en la sesión plenaria del XXII World Congress of Philosophy (Seoul National University, Seoul, Korea, 2 de agosto de 2008). Distinguido recientemente por la Universidad de Köln, Alemania, para ocupar en 2010 la Albertus-Magnus-Professur.
Enrique Dussel, es reconocido internacionalmente por su trabajo en el campo de la Ética, la Filosofía Política y la Filosofía latinoamericana, y en particular por ser uno de los fundadores de la Filosofía de la Liberación, corriente de pensamiento de la que es arquitecto. Ha mantenido diálogo con filósofos como Karl-Otto Apel, Gianni Vattimo, Jürgen Habermas, Richard Rorty, Emmanuel Lévinas. Su vasto conocimiento en Filosofía, Política, Historia y Religión, plasmado en más de 50 libros y más de 400 artículos -muchos de ellos traducidos en más de seis idiomas-, lo convierte en uno de los más prestigiados pensadores filosóficos del siglo XX, que ha contribuido en la construcción de una filosofía comprometida. Ha sido crítico de la modernidad apelando a un "nuevo" momento denominado transmodernidad.
Licenciado en Filosofía (Mendoza, Argentina, 1957), Doctor en Filosofía (Complutense, Madrid, 1959), Licenciado en Ciencias de la Religión (Inst. Católico, París, 1965), Doctor en Historia (La Sorbonne París, 1967), Doctor Honoris Causa (Freiburg, Suiza, 1981) y en la Universidad Mayor de San Andrés (La Paz, Bolivia, 1995).
Profesor de Ética y Filosofía Política en el Colegio de Filosofía de la FFyL de la Universidad Nacional Autónoma de México (definitivo en Ética, con una antigüedad académica que inicia en 1976) y en la Universidad Autónoma Metropolitana., México). Entre sus responsabilidades científicas destacan: miembro investigador del Instituto de Historia Europea (Maguncia, Alemania, 1962-1965); miembro de la Asociación Filosófica Mexicana (1975-); miembro de Gesellschaft für Interkulturelle Philosophie (Köln, Alemania, 1994-); miembro del Consejo Editorial de la revista African Philosophy (Lewisburg, PA, USA, 1997-); presidente de la Asociación de Filosofía y Liberación (miembro de la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía, FISP); Investigador Nacional Nivel III, del Sistema Nacional de Investigadores (SNI, México, 2004-2014).
Profesor invitado distinguido en: Universität Freiburg (Suiza, 1981); Visiting Professor John O'Brien de la Notre Dame University (Indiana, USA, 1986); Distinguish Visiting Professor de la California State University of California, (Los Angeles, USA, 1987); Johann Wolfgang Goethe Universität Frankfurt, (Alemania, 1992); Visiting Professor at the Loyola University (Chicago, USA, 1994); Robert Kennedy Visiting Professor (Harvard University, 2000); entre otras. Fue invitado como Keynote Speakers en la sesión plenaria del XXII World Congress of Philosophy (Seoul National University, Seoul, Korea, 2 de agosto de 2008). Distinguido recientemente por la Universidad de Köln, Alemania, para ocupar en 2010 la Albertus-Magnus-Professur.
ANTONIO CASO ANDRADE (1883 - 1946)
Filósofo mexicano. Fue rector de la entonces llamada Universidad Nacional de México de diciembre de 1921 a agosto de 1923. Junto con José Vasconcelos, fundó el Ateneo de la Juventud, grupo humanista opuesto a la filosofía positivista imperante en la época. La generación del Ateneo había roto con la filosofía de Augusto Comte y de Herbert Spencer, acudiendo, entre otros, a Henri Bergson, Schopenhauer, Nietzsche y José Enrique Rodó. Contra el racionalismo imperante, los ateneístas creían en un ser humano moral, voluntarioso y espiritual.
En 1906 participó en la fundación de la revista Savia Moderna con los hermanos Pedro y Max Henríquez Ureña, Jesús T. Acevedo, Ricardo Gómez Robelo, Roberto Argüelles Bringas, Rafael López, Carlos González Peña y Manuel Bringas. En el verano de 1909, Caso presentó sus críticas al positivismo en un ciclo de conferencias recogidas más tarde en la tercera edición de Conferencias del Ateneo de la Juventud. Sin embargo, su obra más importante es La existencia como economía, como desinterés y como caridad. Ensayo sobre la esencia del cristianismo, inspirado en la tradición filosófica cristiana, en particular en Pascal y Tolstoi.
En dicha obra, Caso distingue tres esferas de la existencia humana: la económica, la estética o del desinterés y la moral o de la caridad. Caso rechazaba la tesis de Gabino Barreda y del primer Justo Sierra según la cual el porvenir de México debía construirse fundamentalmente sobre las bases de una doctrina científica. En el ensayo “Catolicismo, Jacobinismo y Positivismo”, incluido en el libro Discursos a la nación mexicana, Caso profundiza su crítica a dos de las ideologías hegemónicas a finales del siglo XIX: el jacobinismo (o liberalismo extremo) y el positivismo. A los partidarios de la primera los acusa de ignorar la realidad, mientras que a los de la segunda los culpa de someterse a la supuesta fatalidad de la realidad.
Antonio Caso es un pionero de la filosofía de lo mexicano que desarrollarían más tarde Samuel Ramos, Leopoldo Zea y Octavio Paz, entre otros. En su libro El problema de México y la ideología nacional, publicado en 1924, Caso argumenta que el problema más grave de México es su falta de unidad (racial, cultural y social). Al final de su vida, Caso recibe la influencia de las filosofías de Husserl, Scheler y Heidegger; en particular en sus obras La filosofía de Husserl, El acto ideatorio, La persona humana y el estado totalitario, "El Pueblo del Sol" y El peligro del hombre.
JOSÉ VASCONCELOS
Es el intelectual mexicano quien proyectó dotar a su país de un sistema educativo y de un marco cultural adaptado a las circunstancias nacionales, abierto a todos. Vasconcelos siempre consideró que la cultura es un mecanismo reinvidicador de la raza, y creyó en el mexicano que puede conquistar el espíritu, el intelecto y la grandeza. Los logros y esfuerzos de este pensador mexicano en el primer tercio del siglo XX, se reconocen por su visión de enlazar a Hispanoamérica en una gran patria, en 1922 en sus viajes a América del Sur, las asociaciones estudiantiles de Colombia, Panamá y Perú, otorgan a Vasconcelos la designación de Maestro de la Juventud, luego cambiada a Maestro de América, por el alcance de su obra pedagógica y filosófica.
En la formación del hombre iberoamericano, Vasconcelos cita como elementos de un currículum necesario a la ciencia y a la filosofía.
En la obra vasconceliana De Robinsón a Odiseo, se hacen importantes señalamientos críticos contra el positivismo que tuvo importante influencia en México a fines del siglo XIX. Vasconcelos sobre el positivismo dice:
La doctrina del método nuevo se comprendía diciendo que todo conocimiento viene de la experiencia y que ésta no es científica y, por lo mismo válida si no se ajusta a la prueba física que condiciona el efecto a la causa con rigor matemático... La enseñanza se organiza, en consecuencia, partiendo de las matemáticas y terminando en la sociedad.
El sistema jerárquico positivista de Comte y en consecuencia de Gabino Barreda, toma a la sociedad como último fin que debe aspirar el conocimiento científico, con lo que Vasconcelos está en desacuerdo.
La organización de la enseñanza con base en el positivismo, trajo como consecuencia olvidarse de la enseñanza de la filosofía, a lo cual se suma otra de las contrariedades de Vasconcelos con la educación positivista, como reza a continuación:
La filosofía en su totalidad, fue arrojada de las aulas como antigualla y remplazada con la sociología las enseñanzas científicas fueron perfeccionadas, instaladas casi con lujo. La biología, la física y la química dieron base a toda educación impartida; por aquel tiempo incluso el problema del ser lo buscábamos en los residuos de la probeta del laboratorio experimental.
La crítica que vierte Vasconcelos al positivismo no es general, reconoce el mérito que tuvo en América. Dice este filósofo mexicano: “El positivismo está hoy superado, pero debemos agradecerle que nos librara en América del candor que sale de la escolástica”.
Vasconcelos es un defensor de la filosofía, y un visionario que rescató del proyecto positivista, el rigor científico de toda investigación. Abunda diciendo que:
...no hay derecho a hacer filosofía si se desconoce la disciplina científica experimental. Y al restaurarla Universidad hemos respetado la sólida conquista que significa el saber darle a la materia el trato que corresponde, es decir, al que se deriva de la física, la química o la biología.
Vasconcelos fue quien restableció la enseñanza de las humanidades en las universidades en la primera mitad del siglo XX, también incorporó el estudio del latín y el griego, además la enseñanza de la historia, la filosofía y la metafísica. Concibió a la universidad como un espacio propio del conocimiento, con el limitante de la rigurosidad científica, según la rama de la actividad cultural.
Cito a continuación el concepto de ciencia que tiene Vasconcelos, elemento necesario para explicar su proyecto científico-humanista.
La ciencia en efecto, no es una simple interpretación matemática formal de la realidad (sumisión de la realidad a formas), sino el descubrimiento de que los objetos sensibles se mueven con independencia de las formas del discurso y según sus propias, precisas y características normas.
La ciencia a que hace referencia Vasconcelos, es la ciencia empírica, la ciencia objetiva, la ciencia realista que postula una realidad aprensible y cognoscible. El pensar del filósofo, a decir de Vasconcelos, debe ser como el de la ciencia: apegado a la realidad.
Vasconcelos es claro al afirmar: “La ciencia es la tarea de nuestra época y por ningún motivo debemos eludirla” .
Este pensador mexicano hace un llamado al filósofo, para que no ignore a la ciencia, cuando estudie a la realidad sensible. El método experimental propio de la ciencia empírica rescata a la ciencia como asunto de demostración lógica o matemática.
SAMUEL RAMOS
El filósofo Samuel Ramos (1897-1959) fue cercano a un selecto grupo intelectual entre los que se contaban Alfonso Reyes, Jorge Cuesta, Xavier Villaurrutia y Andrés Henestrosa, entre otros. Fue discípulo del filósofo Alfonso Caso y ayudante de José Vasconcelos en la revista La Antorcha . En el segundo lustro de los años cuarenta Ramos dirigió la facultad de Filosofía de la UNAM, donde promovió la corriente de la “filosofía de lo mexicano”. Para este filósofo, la mexicanidad se expresa en las formas de vida, y por ello para definir la “cultura mexicana” deben analizarse las formas de vida del mexicano. Sus ideas acerca de este asunto, que ocupó su labor filosófica, se encuentran en la obra El perfil del hombre y la cultura en México, que data de 1934.
El perfil de hombre y la cultura en México
La primera edición de esta obra fundamental de Ramos se publicó durante el último año del maximato y del primero del gobierno de Lázaro Cárdenas. La Revolución, como lucha armada, se había dado por concluida desde el régimen de Álvaro Obregón y estaba en su apogeo el discurso oficial del nacionalismo, que sostenía la construcción del Estado revolucionario. Es durante estos años cuando Ramos elaboró su interpretación de la esencia de la mexicanidad. Para él, lo esencial de la cultura está en el modo de ser del hombre, que se moldea a partir de su circunstancia, tal como lo planteó el filósofo español Ortega y Gasset. Así, en el caso de la cultura mexicana, lo esencial de ella radicaría en la estructura mental de los mexicanos (para el estudio de la cual se apoya en el psicoanalista Adler) y el desarrollo de su historia, es decir, su circunstancia.
Crítica a la cultura dominante
La crítica de Ramos a los gobiernos revolucionarios y su ideología es frontal. Dice:
“El tono dominante en la política de México durante los últimos años, es el radicalismo. La demagogia se ha encargado de propagar entre las masas doctrinas sociales extremas que carecen de arraigo en México, y que, teniendo en cuenta la realidad del país, resultan utópicas en absoluto. Se podría decir que, en general, los ideales políticos tienen muy poca o ninguna relación con las posibilidades reales del país. En política, como ocurre desde hace cien años, seguimos imitando a Europa.”
Para este autor el nacionalismo revolucionario no es más que otra imitación de una idea europea, a pesar de que se plantee como algo original. Además “no ha correspondido a un objetivo claro” y sigue evadiendo la realidad del mexicano. Para Ramos, la definición del mexicano se encuentra escondida en los rincones de su intimidad psicológica: “Mientras no se defina su modo de ser, sus deseos, sus capacidades, su vocación histórica, cualquier empresa de renovación en sentido nacionalista será una obra ciega destinada al fracaso”.
LEOPOLDO ZEA AGUILAR
(1912 - 2004)
En sus planteamientos demuestra que los hechos históricos no son independientes a las ideas y, en la misma forma, no se manifiesta en lo abstracto, sino como una simple reacción a una determinada situación de la vida humana y popular.
En su idea de una Latinoamérica unida, defendió el pensamiento sobre el lugar del hombre en la región, aclarando que el descubrimiento de 1492 no fue sino un encubrimiento en términos culturales y sapienciales, producto del mestizaje ideológico para la configuración de la identidad latinoamericana, cosa que expuso en el V centenario, en 1992. Luego, estudió el análisis ontológico de latinoamérica en los planos cultural y geohistórico.
De origen humilde, laboró en 1933 en la oficina de Telégrafos Nacionales para sufragar los costos de su educación secundaria y universitaria.
Fue miembro de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desde su formación, como maestro y filósofo, en 1943. En 1954 fue designado investigador de tiempo completo del Centro de Estudios Filosóficos de dicha universidad. En 1947 fundó, en la Facultad de Filosofía y Letras, el "Seminario sobre historia de las ideas en América". En 1966 fue nombrado director de la facultad, cargo en el que se mantuvo hasta 1970. Durante su periodo como director fundó el Colegio de Estudios Latinoamericanos en 1966; más adelante fundaría el Centro Coordinador y Difusor de los Estudios Latinoamericanos de la UNAM (1978).
Estuvo casado con la Historiadora, investigadora y catedrática María Elena Rodríguez Ozán.
Maria Elena se encuentra del lado derecho de la foto |